Un 25 de noviembre de 2016 comienza tu historia, aunque verdaderamente comenzó 25 semanas antes cuando nos enteramos que estabas en mi barriga, papá y yo estabamos inmensamente felices, pero ese 25 de noviembre todo cambio, una pequeñas molestias de mamá en la parte baja de la espalda nos llevaron a urgencias, allí nos confirmaron que estaba de parto, que había dilatado ya 2 cm y en cuanto la ginecóloga pasaba a revisarme rompiste la bolsa y a partir de ahí todo fueron prisas, nervios y angustia. Habías decidido llegar antes, pero mucho antes de lo esperado, los médicos hicieron todo lo posible por parar ese parto extremadamente prematuro, pero tú no estabas dispuesta a quedarte dentro, tú querías salir y ver el mundo.
Así que, a pesar de toda la medicación y esfuerzo de los médicos, tú decidiste nacer un 27 de noviembre a las 19:06 de la tarde, con tan solo 660 gr de peso y 25+2 semanas de gestación. De ese día recuerdo la angustia y los nervios, ya que no sabíamos cómo iba a salir todo, pero al mismo tiempo la alegría de escuchar como tú corazón latía con fuerza, como dijo uno de los enfermeros, tenias latidos de niña mayor, y ese breve llanto apenas inapreciable nos llenó el corazón de alegría y esperanza de que las cosas pudieran salir bien. Apenas pude verte, hasta muchas horas después , porque rápidamente fuiste llevada a la uci neonatal, al lado de mi camilla, había una incubadora y un equipo de médicos y enfermeros de la UCI dispuestos a cuidar de tí y hacer todo lo posible para que salieras adelante.
Los días fueron pasando y a pesar de toda la angustia que sentíamos, ibas dando pasitos hacía delante, pasitos lentos pero firmes, pasitos con fuerza y afortunadamente sin grandes complicaciones. Había días difíciles, días en los que las máquinas no paraban de pitar, días en los que continuamente te daban apneas o surgen complicaciones, como el día que te tuvieron que intubar por una parada cardiaca, que fuiste capaz de remontar y en 2 días volvieron a retirar ese tubo y volver a la mascarilla (Esta mascarilla que casi no consiguen retirarte, hasta ese día que tú decidiste quitartela y hasta hoy) , pero también días felices, en los que subias de peso, en los que todas las pruebas iban arrojando resultados positivos,en los que podíamos cogerte y acurrucarte junto a nuestro pecho…
Pero a pesar de todas las dificultades, dentro de mí había algo que decía que habías venido a esta mundo para quedarte, porque a pesar de tu fragilidad y tu pequeño cuerpo, nos desmostrabas cada día tu fortaleza, esa fuerza que hacía que no pararas de moverte, de quitarte cables y demás cosas.
Y así fueron pasando los días, entre nervios y alegrías, hasta que pasado 79 día por fin y contra todo pronóstico nos íbamos a casa, ese día fue una mezcla de nervios y alegría, nervios por no saber que iba a pasar en casa, nervios por no saber si estábamos preparados para cuidar de tí, pero sobre todo una alegría inmensa de saber que ya te tenemos con nosotros. De ese día siempre recordaré el cariño de todo el personal de la UCI neonatal, todos se acercaron a despedirse de tí, tanto pediatras, como enfermeros y auxiliares.
Papá y yo estaremos agradecidos inmensamente a todo el equipo de la UCI neonatal, no solo por todo lo que hicieron por cuidar de tí si no también por todas esas palabras y abrazos de aliento que siempre nos brindaban, siempre recordaremos con cariño a Carlos, Rosalia, Nieves, Lali, Ramón,Ricardo, a nuestra querida Deborah, esa médico residente que se volcó como nadie en tu cuidado, a Dácil, Inma, Rebeca, Natacha, Mª Jose, Juan,Alejandro,Sara, Sarai y a todo el resto del personal del que no recuerdo los nombres en este momento, pero de los que jamás olvidaremos su atención, cuidados y cariños. Y por supuesto inmensamente agradecidos a APREMATE, por su apoyo incondicional, especialmente a Coro y Vane.
Mil gracias a todos y todas, porque gracias a todos hoy casi 7 años después de ese día sigues con nosotros, creciendo cada día y llenándonos de tú alegría y felicidad.
“Te queremos nuestra pequeña gran guerrera”